Una de las relaciones antagónicas más comunes de encontrar en el espacio de trabajo tecnológico moderno (y posiblemente la más tonta) es la que existe entre diseñadores y desarrolladores. La percepción sobre esta relación laboral se alimenta de muchos estereotipos: “los diseñadores son demasiado artísticos” o “los desarrolladores no son flexibles”. Debido a nuestros diversos contextos y conocimientos, vivimos la experiencia de cada proyecto desde diferentes perspectivas. Antes que todo, tengo que aclarar que soy diseñador y, por lo tanto, mis opiniones pueden estar sesgadas. Sin embargo, en mi experiencia he aprendido un par de cosas acerca de cómo entender las diferentes personalidades y egos desde ambos lados de la moneda: desarrollador y diseñador. Elige tu arma sabiamente: el flujo de información entre diseñadores y desarrolladores puede determinar el resultado de un proyecto. Hacer una guía de estilo ya no es suficiente, necesitas un medio para enviar las características y actualizaciones del diseño de manera rápida y confiable. Y por encima de esto, los diseñadores deben de tomar en cuenta cómo mostrar mockups o prototipos a los clientes, saber quiénes pueden tener o no conocimiento técnico (incluso, tener la voluntad para usar una nueva herramienta). Actualmente, existen muchas opciones como Zeplin, Invision, Axure, etc. Sea cual sea la herramienta que elijas, toma en cuenta que debes tomarte un tiempo para aprender y enseñar a otros cómo se usa, no podemos asumir que van a entender automáticamente cómo funciona. Por lo tanto... Nunca asumas nada: como ya lo mencioné, no todos conocen lo que tú sabes, ni las personas deberían esperar que conozcas lo que ellas saben. Si en algún momento no llegas a comprender algo, ¡pregunta! Después de todo, son parte de un mismo equipo que se dirige hacia un mismo objetivo; aprovecha la oportunidad para aprender de los demás. Además, no hagas menos a los que te preguntan algo y respóndeles con amabilidad: trátalos como te gustaría que te trataran a ti. Adopta un espíritu de compañerismo y comparte tu conocimiento con los demás, te aseguro que ellos compartirán el suyo contigo. Lo que me lleva al punto... Solo habla: es impresionante la cantidad de problemas que se podrían arreglar si simplemente habláramos. Como en cualquier relación, la comunicación es la mejor herramienta que tenemos para entender a otros. Sé que es difícil transmitir una opinión profesional sin involucrar sentimientos personales; pero no te preocupes, solo necesitas un poco de tiempo y honestidad para lograrlo. La conversación profesional es mucho más que señalar errores o emitir quejas. No te sientas ofendido por explicar tus decisiones ni sientas vergüenza de pedirle a alguien que haga lo mismo, recuerda que tú y tu equipo están creando algo que depende de las habilidades de los demás.
Si eres un diseñador o un desarrollador, recuerda que mejorar las relaciones laborales no es tarea fácil. Aunque no logremos ser amigos de todos en la oficina, siempre podemos aspirar a crear un ambiente de trabajo saludable, respetuoso y divertido. En todo caso, no olvides que todos en la empresa están trabajando hacia un mismo objetivo.