Estas 4 cosas me ayudaron a ser mejor Project Manager y Trail Runner

Trail running and project management

Norma Caballero, nuestra Project Manager, decidió compartirnos desde su cuenta personal cómo su experiencia en trail running le ha permitido empatar y mejorar sus habilidades con el trabajo que hace en Base22

Me encanta correr. Mucha gente sabe que empecé esta afición algo tarde, a final de mis veintes. En esa época compartía oficina con un compañero que le gustaba correr, así que yo quería saber de qué se trataba. Sin ningún tipo de entrenamiento, corrí (jadeando) mi primer 5K y me enganché. Encontré un pasatiempo y, para cuando me di cuenta, estaba entrenando para correr 10K, medios maratones y maratones.

Luego después de unos años, empecé a hacer senderismo y carrera de montaña. Y lo mismo que con las carreras, también empecé a recorrer senderos más largos. Y cuando estás ahí después de 4, 5 o 10 horas, tu mente empieza a divagar y te pones a pensar en muchas cosas.

Mientras disfrutaba mi última carrera de senderos, con esas vistas y el sentimiento de estar ahí afuera, empecé a pensar que me sentía muy afortunada de estar en ese lugar y me di cuenta de cómo me había vuelto más segura que cuando hice mi primera carrera. Además, había muchas cosas que había aprendido (y que todavía me faltan por aprender), y de repente empecé a comparar mi trabajo con las trail races. Actualmente trabajo como Project Manager en Base22 y tengo responsabilidades que van desde reunir los requisitos para empezar un nuevo proyecto, analizarlos y estimar cuándo se va a presentar una propuesta hasta armar un equipo de trabajo y un plan para entregar el proyecto cuando nos aceptan la propuesta. Soy Project Manager desde hace más de 10 años y la mitad han sido en Base22.

Tomando en cuenta lo que hago, me sorprendió mucho ver similitudes entre ser Project Manager y Trail Runner. Pero empecé a preguntarme si había cosas que había aprendido en mi trabajo que me ayudaban cuando salía a correr o si las habilidades que adquirí después de estar horas en la montaña me ayudaron a mi lado PM. Aunque tengo más tiempo siendo project manager que corredora, creo que las dos actividades me permiten practicar y mejorar ciertas habilidades de forma diferente, pero similar al mismo tiempo.

Haz algo que nadie espera que hagas

Cuando empecé a correr, una de las cosas que más me gustó es que lo hacía para mí. Todavía lo hago, pero ahora lo disfruto más que antes. Nadie me dice que tengo que entrenar, nadie me dice que tengo que trabajar duro y evidentemente nadie espera que me levante a las 4:30 de la mañana para entrenar en el gimnasio y después irme a correr. En nuestra vida hacemos muchas cosas, las disfrutamos, pero alguien espera que las hagamos. Como mamá, disfruto cocinarles a mis hijos y después jugar con ellos, pero es algo que se espera de mí. En mi trabajo, me encanta platicar con mis compañeros, hablar con los clientes y sentir la adrenalina cuando empieza un nuevo proyecto, pero como Project Manager son cosas que se espera que haga.

Cuando corro, nadie lo espera. Nadie me dice que tengo que hacerlo. Lo mismo sucede en mi trabajo, hay cosas que se esperan de mí y hay oportunidades en las que puedo dar un extra esfuerzo. Eso hace la diferencia. Tal vez un cliente necesite un apoyo adicional porque alguien del equipo está pasando por una situación difícil, o a lo mejor puedes ayudar en otras actividades de la empresa que no tengan nada que ver con tu puesto. En el trabajo hay innumerables oportunidades para dar ese extra y nunca debemos dejar de buscarlas.

El trail running (o cualquier otro deporte) requiere compromiso; que seamos un buen compañero sin importar el papel que hagamos, también necesita compromiso: compromiso y responsabilidad con uno mismo y con el equipo.

Prepárate para lidiar con lo inesperado

Hay una historia que suelo contar en la oficina de la vez me perdí en un sendero. Había planeado hacer un 10K y terminé haciendo 25K, tratando de encontrar el camino de regreso. Fue totalmente inesperado. Pero estaba preparada mentalmente y tenía los recursos que necesitaba, así que no pasó nada grave.

En el contexto de una carrera de senderos, los recursos que tengo son hidratación, comida, una lámpara, bloqueador solar y un silbato (el celular puede y no puede ayudarte). La preparación mental es algo que continuamente tengo que estar mejorando y a lo que tengo que habituarme porque, entre más tiempo paso sola en las montañas, necesito entender todos los posibles escenarios que se pueden dar y las maneras en cómo voy a reaccionar. En ese momento, yo pude sentarme a evaluar mis recursos, la hora del día y mis opciones. No me asusté, lo que hice fue mapear lo que podía hacer y analizar los posibles resultados y las decisiones que le seguirían a esos resultados.

En un proyecto, los recursos que tengo son un equipo sólido, un buen entendimiento del alcance y del cliente, así como un entendimiento de los procesos y metodologías que se deben de seguir. Si le escarbamos un poco más, también podemos considerar los templates, son lecciones aprendidas de proyectos anteriores que también representan un recurso valioso para el proyecto. Cuando pase lo inesperado (porque va a pasar), evalúa lo que tienes en términos de conocimiento para el equipo, conocimiento sobre el cliente y el alcance para pensar escenarios posibles.

Es obvio que los clientes cambian roles, los miembros del equipo tienen emergencias, e incluso, haya un mal clima que pueda afectar el proyecto. Podría seguir enumerando las cosas que pueden cambiar mientras ejecutas un proyecto, pero la idea es que no entres en pánico, sino que evalúes los recursos, planifiques tus diferentes posibilidades y tomes una decisión.

Establece pequeñas metas sin perder de vista el panorama

Las emociones que siento cuando está a punto de empezar una carrera no puedo describirlas. Por alguna extraña razón, me emociono más en ese momento que cuando llego a la meta. Y al mismo tiempo, puede ser muy intimidante estar ahí parado antes del amanecer, sabiendo que vas a correr/caminar/trotar 50K y que no va a ser fácil.

Iniciar un proyecto puede ser igual de intimidante por diversas razones: hay un nuevo equipo, nueva tecnología, requisitos exigentes… personalmente, no te vas a sentir preparado para eso. De hecho, mientras escribo esto estaba pensando que necesito preparar un deck para el kickoff de un proyecto con un cliente en China y Taiwán, ¡y no tengo la más mínima idea de cómo va a verse mi agenda en los próximos 3 meses!

Los proyectos tienen planes que se dividen por fases y luego por semanas, así que cuando empezamos un proyecto con un timeline de alto nivel, tenemos que desglosarlo todavía más. Cada miembro del equipo tiene que estar al tanto de la meta así que, cuando tenemos un programa de tiempo y milestones que cumplir, hacemos que el proyecto sea más manejable. Y en esos casos cuando tenemos etapas de diseño muy extensas y todavía fases de desarrollo más largas, tenemos que desglosar el proyecto todavía más para poder entender si nos estamos encaminando a la meta o si debemos de ajustar algo para estar al día.

Esto mismo pasa en las carreras porque, cuando estás pensando que vas a correr por horas y horas, puedes sentirte intimidado. Lo que hago es dividir mi milestone final que es llegar a la meta. Pienso como si fuera un plan de alto nivel, divido mi carrera en check points que los mismos organizadores definen y después lo hago por kilómetro. Además, tengo una idea de lo que voy a hacer cuando llegue a cada milestone: tal vez necesite volver a ponerme bloqueador o quitarme mi rompevientos o necesite sacar algo de la mochila.

La carrera o el proyecto puede ser intimidante o simplemente hay momentos en que se hace difícil, por eso define metas pequeñas, eso te va a dar un sentido de logro conforme vas viendo que te acercas a tu meta. Y en caso de que los milestones detallados no te sirvan, lo que nunca falla es dar un paso a la vez.

Sigue avanzando cuando sientas que se te acabaron los recursos

Cuando llevas más de 8 o 9 horas corriendo en la montaña, no todo el tiempo va a ser hermoso. Llega un punto en el que te sientes cansado, te preguntas qué estás haciendo y hasta te quieres rendir. Pero adivina qué, estás en medio de la nada así que tienes que obligarte a seguir.

Los proyectos se retrasan, las cosas se ponen tensas en algún momento, pero, así como estás en medio de la nada, ahí en medio del proyecto tienes que continuar. Eventualmente, vas a ver la luz al final del túnel. Cuando me siento cansada, un poco quemada por el sol o tal vez con frío o estoy mojada porque llovió, lo que hago es aminorar el paso, pero sigo caminando y pienso en todo lo que llevo recorrido. Pienso en cuántos kilómetros avancé o cuántos milestones pasé, y eso me motiva a seguir y tal vez hasta retomar el paso.

En nuestro trabajo a veces nos sentimos desanimados o cansados. Tenemos que lidiar con problemas con la tecnología y se siente como que no hemos avanzado gran cosa; tal vez tenemos que lidiar con situaciones difíciles u otras cosas que simplemente no nos gustan. En momentos así, cuando lo único que queremos es irnos a la casa, debemos tener un tiempo para valorar los retos que superamos, los milestones que alcanzamos y todas las cosas tan maravillosas que hemos hecho.

Pensar en el momento en que recibiste un feedback positivo de un compañero o de un cliente puede ayudarte a querer avanzar. Tal vez necesites recordar cuando tengas esos momentos en que te sientas desanimado porque es cuando más nos cuesta trabajo apreciar las cosas buenas. Pero debes intentar pensar que, si ya pasaste por otros desafíos, ¿por qué no puedes pasar este que tienes enfrente? Somos mucho más capaces de lo que creemos, así que no importa lo que estés pasando en tu trabajo, siempre hay un momento de éxito en nuestra vida que nos ayudará a pasar ese bache.

Conclusión

Este tipo de hobbies (saludables) nos hacen mejores personas, y a cambio, nos volvemos mejores empleados, mejores compañeros y, en general, mejores en lo que hacemos. Cuando tienes una vida plena y equilibrada fuera del trabajo, puedes contribuir a generar un ambiente sano de trabajo y relaciones laborales saludables. Cuando te comprometes con algo, sea un proyecto en el trabajo o un pasatiempo personal, practicas la disciplina y, cuando sobrepasas los obstáculos, te haces más fuerte mentalmente. Es algo que pasa naturalmente, pero no le ponemos mucha atención a nuestro proceso para convertirnos en una mejor persona como resultado de nuestros hobbies. Y a lo mejor no ponemos mucha atención de cómo nuestro trabajo nos ayuda fuera de la oficina. A menos que lleves varias horas a solas en las montañas, o en tu lugar favorito, para analizar diferentes aspectos de tu vida.

En Base22, tenemos esa oportunidad de crecer como profesionistas y como individuos. Nuestro expertise es transformación digital, pero somos mucho más que eso. Nos preocupamos por nuestros equipos de trabajo y nuestros clientes, sus negocios y procesos; y compartimos un deseo por enseñar y ayudar a la compañía a prepararse para el futuro. Trabajar en proyectos de transformación digital requiere de sensibilidad y flexibilidad para entender las necesidades de los usuarios y stakeholders, así como de tener el compromiso de crear procesos reales, productos, plataformas o servicios que sean modernos y relevantes. Y como los aprendices ávidos y curiosos que somos, valoramos la adquisición de conocimiento de cualquier disciplina, en cualquier momento dado, y buscamos formas de usarlo y aplicarlo en nuestros desafíos diarios.

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